No, no, no mamar!!!!, , y no es porque ande melancólico por la lluvia, ni porque ya me hayan echo efecto las 14 tecates que llevo, simplemente es porque cada vez que me acuerdo del “Café Chofita” me siento bien orgulloso de mis raíces Oaxaqueñas.
Josefina Tornell Sosa, se llamaba y se apellidaba mi amadísima tía Chofita, era Oaxaqueña pura, de padre oaxaqueño y de madre oaxaqueña, aunque no era morena, mas bien era de tez blanca, cabello castaño claro, ojos grises y muy bellísima (según me cuenta mi padre, que era su medio hermano)
Corrían los años 50´s—en la XEW, aun cantaba en vivo Emilio Tuero, María Luisa Landín, Agustín Lara, Pedro Vargas, ---cuando mi Tía Chofita, casi a sus 28 años, logro juntar un capital y rentar un pequeño local en la calle Benito Juárez del centro de la Cd. De Minatitlan, Veracruz; Sus clientes eran trabajadores de Pemex que llegaban a comer a diario, pero no le pagaban hasta el sábado, por eso les decían los “abonados”, mi tía empezó a hacerse de clientela y de un nombre entre los restaurantes de esa época, logro juntar mas lana y pudo comprar el local que rentaba, con privaciones y grandes esfuerzos, logro fincar el terreno, comprar mobiliario, tanto para el restaurante y para la cocina, al final de cuentas logro hacer un restaurante bastante grande y cómodo.
Una vez me contó mi Abuela que mi Tía Chofi, desde muy chamaca, era buenísima para la cocina, que cocinaba muy rico, que por cierto, en la hacienda donde Vivian, el patrón siempre la llamaba cuando tenia visitas importantes para que le cocinara (la neta no se si el patrón se la andaba tirando, ese no es mi pedo, pero soy bien mal pensado).
Para cuando fue mi tiempo de conocerla, yo tenía como unos 5 años, ella ya tenía un restaurante muy grande y bastante concurrido, y ya era “el café Chofita”; Recuerdo que religiosamente, mi papá nos llevaba cada domingo a comer mole, a veces íbamos los viernes cuando mi papá salía de la chamba, y yo pedía quedarme con mi tía, y es aquí donde empieza mi relato:
Ella se levantaba a las 4 a.m., porque a las 5 a.m. entraban sus 8 cocineras, la entrega de carne, mariscos, pollo, carnes exóticas( armadillo, iguana, venado, culebra, tortuga) y especias, empezaba a llegar a las 6 de la mañana, y ella ya tenia que estar lista para recibirlas, me acuerdo que yo me levantaba como una hora después de que ella me despertaba, me bañaba y bajaba (mi tía tenia una casa de 4 pisos, y el piso de abajo era el restaurante), yo bajaba y lo primero que hacia era meterme a la cocina, en serio que para mi corta edad, todo eso me parecía un caos, chancleteaban las cocineras de aquí para aya, blandían los aceros de los cuchillos al descamar los pescados, olía a pollo mojado cuando los metían a las hoyas con agua hirviendo, las hoyas con caldos hirviendo pasaban muy cerca de mi, la cocina empezaba cobrar vida y se impregnaba de olores muy familiares: canela, chocolate, hoja santa, cacahuate molido, ajonjolí, ajo picado, cebolla, aceite caliente, y mas y mas olores que yo aun no conocía.
Como a las 6 de la mañana, mi tía se acordaba de mi, y mandaba a la “tapón” a buscarme para darme de desayunar (ella se llamaba Ana María, y le decíamos la “la tapón”, porque principalmente era muy chaparrita, era muy morena, gordita, tenia como 15 años, y juro por lo mas sagrado que puedo jurar, que jamás tuve una niñera mas confiable, amorosa y cuidadosa que ella). Me acuerdo que siempre andaba vuelta loca buscándome, y yo, como era un niño hiperactivo y muy cabrón, me escondía de ella, para que se volviera mas loca buscándome, jejejejeje, al final siempre me hallaba y me regañaba, me hacia mi huevito con jamón y se sentaba conmigo, hasta que yo no acabara (ese era su jale de los sábados cuando me quedaba con mi tía Chofita).
Después del desayuno, dejaba la mesa y corría a la cocina, me encantaba ver y oler todo, absolutamente todo era nuevo para mi, desde ver como mataban a las tortugas, como las señoras le daban un manotazo con la palma de la mano al ajo para después picarlo, de ver como toreaban los chiles, metían a las cazuelas las mojarras para freírlas, y empezaba a familiarizarme con los olores, las especias, las hierbas y las verduras. Cuando preguntaba que era esto, o que era el otro, todas las señoras me decían todo; mientras que mi Tía daba ordenes y mentaba madres, y aun así, se daba tiempo para cargarme suavemente, y sus manos olían a todas las especias conocidas por mi, me llevaba de una estufa, y a la otra, de una mesa y a la otra, y me explicaba como se hacían las comidas, después me daba un dulce beso y me dejaba seguir jalándole las faldas a las cocineras mientras yo les hacia mil preguntas.
Pienso que por eso me encanta cocinar, desde que era muy niño empecé a familiarizarme con la cocina y sus sabores, mi querida Tía Chofita murió en 1986, tenia como 75 años, creo que fue de cáncer, su restaurante fue vendido a su muerte, yo no fui a su funeral porque ya vivía en Monterrey, pero aun siento que me huelen las manos a especias, que por curiosidad agarraba en esos días en la cocina de mi Tía Chofita.
El mismísimo, y orgulloso por haber escrito esto, Ángello.
5 comentarios:
excelente entrada, me llevaste a la cocina de tu tia, jeje
Saludos ¡
Ah, otro pedo los cafes de antaño, por ahí en el centro de Monterrey todavia hay uno que otro de ese estilo, donde te atienden conmadre.
yo no tengo recuerdos de esos =(
TIA CHOFI DE SABINES....
NO SABIA QUE EAS DE OAXACA!!!
YO NO HE PROBADO ESOS CAFES.. SOLO DE CASA Y STARBUKS AA YLOS DEL SEVEN MMMM
ves lo que te digo??
ay detras de esa imagen de hombresote jaja ay un niño tierno que hostoria tan hermosa has contado hoy! de ahi te viene el amor a la comida , y a todo lo que tenga que ver con esas bellas tradiciones , me imagine todo lo que platicaste , te vi de niño, tan travieso e inquieto!
que buen post Angello! te felicito
pues ya casi me llega la hora!
quizas mañana!
yo te avisare ok???
saludos a ti y a tu novia!
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