lunes, mayo 05, 2014

Últimamente paso mucho tiempo en mi terraza: pensando en cosas, trabajando, haciendo planes o simplemente pendejeando con la Lap, en fin, el caso es que me gusta pasar el tiempo sentado en la mecedora, obviamente cuando el tiempo lo permite, y cuando no, también me gusta estar sentado en la mecedora soportando el frió o la pertinaz lluvia.

Hubo un tiempo, no hace mucho en que tuve la lana y las ganas para hacerle una mejora: ponerle piso de mosaico, acabar con el afine de las paredes, pero desafortunadamente una eventualidad se presento y se fue la lana, pero no importa, ya habrá otra oportunidad de hacerlo; incluso, también tengo planes de mandar a construir la escalera para la segunda terraza del tercer piso de mi casa, y así como me lo pienso en la mente, seguramente quedara excepcional para esas tardes frescas de julio.


En fin, desde mi terraza se puede ver gran parte del centro de Monterrey, se pueden ver los cerros del Topo Chico, de las Mitras, de la Silla, del Fraile y hasta se puede medio ver Chipinque, lo que sucede es que vivo en una zona alta de la ciudad.




La terraza puede ser nostálgica en esas tardes lluviosas con el cielo plomizo y velado.



O puede ser romántica en esas tardes de luna llena.



Puede ser terrorífica en esas tardes de tormenta.



Se pueden ver las estelas que dejan detrás los aviones y al fondo el cerro del Topo Chico.



O simplemente puede ser placida para checar los pendientes de trabajo en la Lap.



También se puede ver al gran perro blanco que vive en el cielo.



Incluso, hasta fotos de galería se pueden tomar desde mi terraza.



O hasta cosas divertidas puedes ver, como al chango que dejaron colgado, y no, no me refiero a mi, jajajajaja.



Rescate dos palmitas como esta, una vecina ya no las quería y las adopte, aun no las subo a la terraza porque pesan un madral, snif.


En fin, que me la paso a todas margaras en la terraza, y no se digan esas tardes de carne asada y cheve con los amigos, o a solas con la “Jirafa y la Chaparra”…



De esas veces que vas por la vida todo apurado, recordando hacer pagos, compromisos sociales, queriendo cumplir con todo lo que se espera de ti; cuando de repente la misma vida te saluda con una estupenda sonrisa y te recuerda que las cosas son tan simples, uno es el que las hace difíciles…




Muchas felicidades a la Calle cinco de Mayo de mi ciudad, espero que se la pase muy bien hoy en su día...