sábado, octubre 20, 2007

CUENTO

--Ya mueve de una buena vez, no va a venir—, Sergio le dijo a Miguel mientras esperaba que hiziera su próximo movimiento del juego de ajedrez que tenían media hora jugando.

--pero me dijo que si vendría, aunque tarde pero lo haría—

--olvídalo, ella no vendrá esta noche—.

Lentamente fue cerrando las persianas de la ventana de su cuarto, desde donde se podía ver toda la calle, súbitamente vio los faros de un vehiculo que se detenía en la caseta de la calle privada donde vivía y abrió de nuevo las persianas, pero de nuevo las empezó a cerrar al ver que era el coche de Ramón, su vecino de a lado.

--¿realmente crees que no venga?—

--si, ella no vendrá—

--¿Cómo estas tan seguro, apenas la conoces?—

-- y tu tambien pendejo, apenas la conocimos ayer en el antro—

-- ya se, pero por lo menos yo baile con ella y me hizo sentir muy especial y creo que hubo química—

--la única química que hubo ayer fue la tacha que te metiste guey—

-- si guey, ¿y tu no?

-- bueno ya, ¿y a que hora te dijo que pasaría por ti?—

--a las 8—

--¿y que hora crees que son?

--las 11.30, pero no se, a lo mejor se le poncho una llanta a su carro, o no se—

-- ¿y no tiene celular?—

--si, ya le hable hace rato, pero lo trae apagado o esta fuera del área—

--jajajajaja, ¿fuera del área?, no mames, pues donde crees que pueda estar, ¿en Japón?—

--no se guey, tal vez cuando le hable estaba en un área donde no hay señal—

--si, seguramente esta pasando por un túnel larguisisimo—

--tienes razón, no va a venir, además la pinche capa me esta picando—

--jajajajaja, espérate no te la quites, deja te tomo una foto—

Saco su celular y le tomo una foto a Miguel, estaba disfrazado de Drácula.

--jajajaja, no mames, ¿Dónde conseguiste ese disfraz tan chafo?--

--se lo rente a tu pinche abuelo, pendejo--

--jajaja, pues te queda de la chingada, mínimo le hubieras bajado la bastilla el pantalón y te hubieras boleado los zapatos, jajajaja—

--ya guey, no me estés chingando, es más ya no juego, me voy a poner a chupar de puro sentimiento—

Iba a bajar hacia la cocina, cuando escucho un claxon a fuera de su casa, rápidamente abrió las persianas, era un carro negro antiguo, una mano lo saludo desde el interior.

--ya vez guey, te dije que si vendría, hombre de poca fe—

-- bueno, nada más espérame a que le hable por teléfono a mi vieja para avisarle que no voy a ir a verla--

-- ni madre mi checo, por mamón te quedas, ahí le cierras cuando salgas--

--no mames guey, espérame—

Miguel salio corriendo de su casa, estaba empezando a llover, pero eso le importaba poco, llego hasta el carro y abrió la puerta del lado del copiloto.

--hola Karen, ¿Cómo estas, pensé que ya no ibas a venir, sucedió algo?

Karen no contesto, solo le sonrió y arranco el auto

--¿adonde vamos a ir?—

Karen volvió a sonreírle, pero ninguna palabra.

--esteeee, te pregunto porque no traigo mucho dinero, y pues dime a donde vamos para saber cuanta lana saco del cajero—

--no te preocupes Miguel, a donde vamos no necesitas dinero, es una sorpresa—

Una corriente de libido le recorrió el cuerpo a Miguel, realmente Karen era muy bonita, y en el antro pudo sentir brevemente sus senos y tocar furtivamente sus nalgas, una repentina erección lo incomodo.

La lluvia ya era copiosa, y venia acompañada de relámpagos, se podría decir que era la noche perfecta para ser Hallowen. Entre mas tiempo pasaba Miguel observando como los senos de Karen se alzaban con cada respiración, mas elucubraba la idea de que esa noche seria inolvidable, la erección ya le empezaba a resultaba molesta porque los pantalones del disfraz que había alquilado eran dos tallas menos de la que el usaba, y el encuarte le quedaba chico, pero no tuvo mas remedio que aceptarlo así, lo rento a ultima hora.

El automóvil seguía marchando bajo la lluvia cuando empezaron a abandonar la ciudad, Miguel, pese a que se sentía casi flotar por el final sexual que se imaginaba, se empezó a desesperar por el silencio de Karen, saco un cigarro y le pregunto si podía fumar dentro del coche, de nuevo solo obtuvo una sonrisa a cambio, y pensó “el que calla otorga”, así que lo prendió, intento bajar un poco la ventanilla para que el humo saliera, pero esta no funcionaba.

--esteeee, no puedo bajar la ventanilla, ¿no te molesta el humo verdad?

--No—le contesto Karen, pero Miguel no vio que sus labios se movieran.

-- ¿y, dime Karen, la fiesta es muy retirada de la ciudad?

--ya no falta mucho, relájate--, de nuevo a Miguel le pareció que no había movido los labios.

Para hacer el viaje un poco placentero encendió la radio del auto, la estación que estaba en el dial era de música antigua, cambio de estación, pero la siguiente estaba tocando la misma canción, lo intento de nuevo, y de nuevo la misma canción, aunque los números de el dial cambiaban, solo tocaba la misma melodía.

Fin de la primera parte.