martes, diciembre 15, 2009

Despierto muy temprano, me asomo por la única ventana de mi cuarto, está lloviendo y hace frio, afortunadamente ya no necesito ir a la escuela—aunque unas clases extras de civismo no me vendrían mal--.

Ya es 15 de Diciembre, falta tan poco para otra Navidad, pero curiosamente ya no siento la premura de años pasados, simplemente me distiendo mentalmente, ahora lo único urgente es encontrar un par de calcetas de lana que me quiten el frio de los pies y mis calzones largos “guardapedos” porque tengo mucho frio; ya no soy el jovencito de ayer y tengo que cuidarme más.

Siempre que hace frio y esta lloviendo, me acuerdo del “cuento de navidad “ de Charles Dickens, y a veces me siento un poco como Ebezner Scrooge, porque encuentro demasiado molesta la mercadotecnia decembrina, pero solo es un momento, después recapacito y me doy cuenta que la economía tiene que fluir, y sin la mercadotecnia no se lograría. Pero por el momento lo único que deseo que fluya en mi jarro de barro color café, es el café negro y amargo que me gusta tomar.

La mañana es esplendida para no salir y quedarse sin hacer nada en cualquier lugar de mi cama, aun no estoy seguro de querer bañarme todavía, se que eventualmente, en algún momento del día lo tendré que hacer, pero ahora no, ahora solo quiero tomar mi café y quedarme sentado a esperar lo que traerá consigo el resto del día.

Un saludo para todos ustedes.