En Marzo de este año, recibí un correo electrónico de un
cliente que me ha dejado buenos dividendos, me hizo un gran pedido de papelería
y le urgía.
Casi siempre trato de programar mis salidas en la mañana,
porque en verdad detesto las aglomeraciones de las horas pico, pero esta vez me
pidió el trabajo de manera inmediata, total que me salí en la tarde a comprar
los materiales para elaborar dicho trabajo.
Me salí de mi casa a las 4 de la tarde, fui y compre los
materiales al centro, los lleve con mi impresor (Paquito) y le dije que me súper urgía, pero bueno. Resulta que yo no sabía que
era su cumpleaños, estaba asando carne y “compartiendo el pan y el vino” con sus
amigos. Me invito a quedarme y acepte.
Salí de ahí como a las 9 de la noche, camine al metro para
regresarme a mi casa, pero como andaba
medio jarras decidí entrar a un bar para tomarme la “del estribo” y bueno, lo hice
y me tome como 8 “del estribo”.
Salí del bar como a las 11:45 p.m. (si, ya saben que tengo
una manía con el tiempo), pero ya no me dirigía al metro, más bien me puse a
esperar un taxi. En eso estaba cuando escuche una voz a mis espaldas:
--¿qué onda compadre, que haces?—
La verdad no soy mucho de pelar a la gente cuando me saludan
o hablan, y para ser sincero, ni siquiera estaba seguro de que me estuvieran
hablando a mí.
No volteé, y de nuevo la voz: -- ¿qué onda carnal?, te hablo
a ti--.
Ya volteé y vi a un tipo que media como 1.80, moreno y de más
o menos como 50 años, gordo y mal encarado.
Le conteste: --que paso carnal, ¿me hablas a mí?—
--simón, ¿Qué haces?—
-- esperando un taxi--
--¿quieres jalar solo esta noche?--
-- Simón, ¿de qué?—(ya andaba yo pedo y vi que era un
teibol)
--De guardia de seguridad, hoy no vino uno y lo ocupo--
--¿Cuánto pagas?—
-- 550 pesos, de 12 a 9 de la mañana—
-Ok-
Entre al congal, aunque ya había gente, aun no se llenaba del todo,
me presento al jefe de meseros y me dijo que tenía que hacerla caso a él, lo
que me mandara a hacer tenía que hacerlo.
Ok
En un blog pasado ya les platique que trabaje de seguridad
en un antro, pero bueno…
La noche estuvo algo movidita, Me toco sacar a algunos de
manera violenta y a otros sacarlos con “mucha amabilidad” porque aunque la
estaban cagando, eran gente “pesada”.
Y bueno, para no hacer largo este pedo, me ofrecieron
trabajo, cosa que no acepte, me dieron mi paga de 550 pesos, pero salí de ahí
con un poquito más de 2000 pesos.
Les gusto como trabaje, pero la neta no quise seguir,
porque a pesar que se desenvolverme en
ese ambiente, creo que tengo una manera de ser y nada que ver con ese tipo de
trabajo, la neta me deprime…
El mismísimo Angello…