viernes, octubre 08, 2010

Tengo tres hermanos, y de los tres, dos de ellos están casados, entre los dos hermanos casados, trajeron a este mundo a cinco sobrinos; a los cinco los cargue, les cambie el pañal, los cuide cuando estuvieron malitos, jugué con ellos, los hize reír, incluso los hize llorar (con mis caras feas) y hasta los dormí.




Ciertamente nunca tuve un hijo, pero en ellos de alguna manera he reflejado toda la paternidad de la que soy capaz: he sido un tío pasalon, un tío regañón, un tío bromista, un tío magnánimo, un tío que se ha desvelado cuidándolos en su enfermedad, un tío que los entiende y les habla con la verdad (tengo tres sobrinos que ya son mayores) en fin, en sido un tío cabal, con toda la complejidad que el lazo sanguíneo conlleva.



Y en todo este tiempo he visto crecer a los cinco guercos, he visto sus tristezas y logros , hasta he participado en sus victorias (la última es que mi sobrina, la Blanca Lilia de dos años, ya se sabe los colores en ingles, jajajajaja), ¿pero ustedes se preguntaran?. ¿A dónde va este post?, este pos va a esto:



Hace dos días mataron a una inocente joven de 21 años, Lucy se llamaba. Y la mataron en una calle peatonal muy concurrida, callo abatida por los disparos de un sicario de no más de 21 años que maneja una sub-ametralladora calibre 9mm. El objetivo de dicho sicario era un celador del Penal del Topo Chico, pero al ser inexperto en el manejo de esa arma, se llevo la vida de Lucy e hirió a varias personas inocentes mas, y como siempre pasa en mi ciudad “Monterror”, evadió la autoridad y ahora esta libre.



Yo no puedo saber el dolor que en estos momentos estarán sintiendo la madre o del padre de esta joven de 21 años, como dije antes, no soy padre; pero si les puedo contar de la angustia de que cómo tío me causaría si una cosa así les sucediera a cualquiera de los cinco de mis sobrinos, y créanme, nadamas de imaginármelo hace que se me revuelva el estomago y una inconmensurable tristeza se apodera de todo mi ser.



Ahora seria vano ponerme discernir de quien fue la culpa, si de las autoridades, si del gobierno, si de bla, bla, bla, bla. El caso es que hoy en Monterrey nos sentimos inseguros, tenemos miedo, nadie hace nada por regresarnos la paz que sentíamos años atrás, no confiamos en las palabras del gobernador, no confiamos en nadie, no confiamos en la policía, no confiamos en la justicia.



Solo espero que las próximas veladoras que se enciendan no sean para ninguno de mis sobrinos, ni para ningunos de mis seres queridos, incluso, ni para mi.



Saludos a todas y a todos, tengo mucha gripa, me siento mal, me he despertado hace una hora y desperté con esta idea.