jueves, agosto 01, 2013

A veces vengo a este árbol a pensar, y no esta cerca de mi casa, y a veces no me es fácil venir a este árbol a pensar; pero cuando vengo, mis dudas se esclarecen y mis pensamientos son mas “uniformes”, si así pudiera llamarlos. No se si es su forma, o la tranquilidad que me da estar en el; pero se que me gusta tanto, o tal vez sea el poco tiempo que tengo para sentarme entre sus troncos y pensar.




Ayer fui a comer con un cliente a un restauran y por pendejo olvide mi cartera en la mesa, traía 8,800 pesos de un anticipo para un trabajo que me dio un otro cliente. Se que fue mi culpa olvidar mi cartera, para cuando me di cuenta de mi olvido, regrese al restauran (después de dos horas) y me dijeron que no había dejado nada.



Adiós el anticipo, adiós mi nueva credencial para votar, adiós mi licencia para manejar, y adiós todas las tarjetas de nuevos clientes.



Pero lo que me duele más no es la lana, ni la licencia, ni la credencial para votar, sino un número telefónico que me avían escrito y que celosamente había guardado en mi cartera.



Chingao, y uno es tan honrado, se los jurito; una vez me encontré una cartera en la expo de Guadalupe, y se la entregue integra al dueño, me dio como 200 pesos de recompensa….