Como una forma de respeto al pùblico, este blog no contiene risas grabadas.
jueves, octubre 16, 2014
Pitágoras casi nunca estaba en su casa, y Enusa, su esposa,
aprovechaba esa situación para coger al mismo tiempo con 4 campesinos
analfabetas que cuidaban sus tierras.
Cierto día Pitágoras llega temprano a su casa y sorprende a los 5 en la cama en acto de
copula, sobra decir que los mato a los 5 y decidió enterrarlos en el jardín.
Pero, en consideración a Enusa, su esposa; dividió el
terreno por la mitad, y en un lado la enterró a ella. El otro lado lo dividió
en 4 partes y enterró a cada uno en un cuadrado igual; de tal forma que los
cuatro ocuparan un espacio idéntico al que ocupaba su esposa.
Luego, exhausto subió a una montaña desde donde se podía ver
su casa y pensó: “el cuadrado de la puta Enusa, es igual a la suma de los
cuadrados de los catetos (la traducción de ojete en griego antiguo es cateto)”
Chingao, si me lo hubieran explicado así en la escuela, no
habría batallado tanto, snif…
lunes, octubre 13, 2014
Chale, no se si solo sea en mi casa o en todo Nuevo León,
pero hay un chingo de zancudos, y como que los gueyes ya le perdieron el miedo
a los raidolitos y aparte los del municipio no han pasado con su maquinita
rociando abate, snif.
Le digo a mi madre que hay que cortar algunas de sus matitas
que tiene en el patio, pero naaa, se me pone al brinco y me la hace de jamón.
El fin de semana fui a un vivero para ver si conseguía la planta llamada
citronela, que según dicen los que saben, es un repelente natural contra los
mosquitos
Así es la dichosa plantita
Pero aparte de no encontrar, y al ir de vivero en vivero
preguntando por ella, llegue al car wash de un amigo y pues ahí estaba el pelao
asando carne y me quede ahí hasta bien tarde (por lo menos esa noche no me
preocupe por que me picaran),snif…
Recuerdo cuando era niño, mi abuela Melquíades nos ponía a
mi primo Saúl y a mí a recoger cáscaras de coco secas, mas o menos como a las
seis de la tarde, porque a las siete empezaba el “zancudal” y neta que no se
aguantaba, nos pasábamos recogiendo del patio de la abuela las mentadas
cáscaras de coco secas, las poníamos en una cacerola de metal muy vieja que tenia y las
encendíamos, esperábamos que hicieran bastante lumbre y luego las apagábamos,
luego pasábamos la cacerola por toda la casa, cuarto por cuarto, dejábamos por
un ratito la cacerola en el piso de cada cuarto, y así lo hacíamos hasta que se
tornaba casi imposible respirar.
De echo era tan eficiente el sistema que los malditos
zancudos se morían casi al vuelo, lo malo es que dejaba todo apestando a humo,
por eso no era raro que la ropa de la gente oliera ahumada, esa practica era
tan común allá.
Y yo aquí sufriendo con los malditos zancudos, no quiero
rociar insecticida porque soy alérgico y luego luego empiezo a estornudar y ya
me imagino encender cáscaras de coco en mi casa, Jajajaja, aparte que donde
chingaos consigo cocos, los vecinos se van a quejar, jajaja, me acorde de esta canción,
y bueno…