Y bueno, hace rato di por terminada la semana, y no es por
gusto; si por mi fuera, seguiría trabajando, pero pues con lo de los días
santos, ya se me termino el jale.
Con alguito de dinero en los bolsillos y muchos sueños
inconclusos en la tatema, tome el metro de regreso a mi casa, eran las tres y
cinco de la tarde, venia precisamente de entregar el último trabajo que tenia
pendiente de la semana. Ok, todo bien tranqui, el metro lo tome en la estación
Zaragoza (que es la última de la línea dos, o la primera, según de donde
vengan), tenia muchas ganas de no llegar todavía a mi casa, de hecho tenia
muchas ganas de caminar, pero como mi señora Madre se fue de vacaciones, en
casa solo estamos mi Papá y yo, y pues tengo que estar al pendiente del viejón,
pero le hable y todo estaba bien.
Total que bueno, con ganas de caminar, me baje en la siguiente estación del
metro, que es la de Padre Mier, en pleno centro de Monterrey y me fui caminando
por todo el primer cuadro de la ciudad. La verdad cuando uno maneja en el
centro, no se da cuenta de todos los cambios que han ocurrido.
Me tope con muchos negocios cerrados que antaño visite,
muchos edificios que recordaba ya no están, fueron derrumbados para darle paso
al progreso (supongo), me dio una infinita tristeza recordar esos lugares
cerrados o derrumbados: una tienda donde antes solía comprar cordel blanco de
lino # diez para ponérselos a unas etiquetas de un antiguo cliente, una
taquería donde antes comía bien rico por veinte pesos, una talabartería donde
compraba remaches de acero. En fin, muchos recuerdos agradables que se
mezclaron con la tristeza de que ya no están.
Iba caminando a la altura de la Coliseo de Monterrey, y pase
a lado de una Mega cantina que se llama “El Tarro”, ¡caray!, ya había pasado muchisisimo tiempo desde la última vez que lo
visite, y por no dejar – no valla ser que
también lo cierren o lo derrumben--, entre para echarme una cerveza, no
me importo en lo absoluto que estuviera muy helada; pues nada, de la Mega
cantina que recordaba, ya no era ni la sombra: ya le habían quitado mucho
espacio y había mucha gente sospechosa, y la única vez que entre al baño, se me
acerco un tipo para ofrecerme droga, naaaa, a la verga dije!!! me acabe la cheve y casi salí corriendo de
ahí.
Camine, creo yo como unos ocho kilómetros más o menos, de no
haber sido por los zapatos nuevos, creo que hubiera caminado más, pero me salio
una ampolla y me esta doliendo mucho. Suena mi celular, era un amigo que estaba
afuera de mi casa esperándome:
-- ¿Dónde andas cabron?--
-- Ando acá en Veracruz guey, ¿Por qué?—
-- Ah cabron, pinché gordo no me avisaste--
-- Jajajaja, no te creas guey, estoy subiendo al metro en la
estación Hospital, llego en quince minutos--
-- Sobres gordo, aquí estoy afuera de tu casa, traigo la hielera
llena, te espero—
-- Sobres—
Me volví a subir al metro en la estación Hospital de la
línea uno (jejeje, los que conocen Monterrey y me conocen se van a sorprender de todo lo que camine), pero
bueno, llegue a mi casa a las ocho y veinte, y ya me estaba esperando mi
compadre, obviamente robándose mi señal del wi-fi, prendo la PC y luego luego
este cabrón me pide una rola, le dije:
-- no, permíteme, deja primero escribo y luego pongo las
rolas que quieras--
-- Pero yo pague la cheve culero--
-- Si guey, pero la compu es mia, así que cállese el hocico que
no estes chingando--
--OK---
Ok, termine de escribir esto como a las nueve cuarenta y dos , después
le puse las rolas que me pidió, total, el estaba pagando las chelas, ahora esta
hablando con su novia y por fin me dio un respiro para publicarlo…
Sean felices en estos días Santos, total que ser feliz no
cuesta mucho.
Los quiero a todas y a todos…