martes, marzo 11, 2014

ADIOS A ESPARTACO...

Hace unos días, cuando mudábamos la computadora de mi padre de cuarto, y por ser tan pinches guevones (mi papá y yo),  se nos hizo fácil arrastrar el mueble de madera que soportaba todo su equipo de cómputo (obviamente con dicho equipo sobre el mueble); Que si nos hubiéramos esforzado un poquito más, pues hubiéramos desconectado todo y despejar el mueble, pero no, lamentablemente, a veces los hombres de mi familia cometemos barbaridades como esta, en harás de una vida más fácil. Y pues nada, le pasamos a partir en su madre al pobrecito mueblecito.

Por coincidencia Don Miguel, el vecino de enfrente vino en ese momento a mi casa para entregarme la cadena donde cuelgo mi saco de boxeo que le había dado para que me la reforzara, porque la última vez que lo use le metí una reverenda chinga y el gancho que  sostenía  al saco se rompió; pero bueno, al ver nuestras infructuosas acciones  para reensamblar el mueble, y al ver que ya le habíamos partido bien y bonito la madre, nos ofreció un escritorio de metal, dicho escritorio había sido de mi familia, pero cuando nos mudamos a vivir una temporada al centro de la ciudad de Monterrey, se lo regalamos, y ahora nos lo ofrecía de vuelta porque ya no le era útil. Total que fuimos a su casa por el escritorio y fin de la historia.

Hace rato, cuando estaba ayudando a acomodar los papeles de mi papá en el cajón grande de abajo del escritorio, vi una hoja amarillenta hasta el fondo de la estructura de metal donde se inserta el cajón, y me pico la curiosidad de ver de qué se trataba, mi sorpresa fue mayúscula, se trataba de algo que yo había escrito el 29 de Julio de 1993, hace 21 años, cuando yo tenia precisamente 21 años.

Dicho escrito ficticio, relata, según yo, las palabras que mi amiga Viviana (QEPD), hubiera escrito después de que fui a  buscarla porque sabia que se iba a ir  a Puerto Vallarta, y ese día yo fui a buscarla para impedir que se fuera, fui a buscarla para proponerle matrimonio, pero nunca llego.

Voy a poner las fotos, pero obviamente no serán muy legibles, pero al final lo voy a escribir integro y sin cambiar nada:







  

ADIOS A ESPARTACO...

Con la luna en tu mirada y el sarcasmo en tu sonrisa, te despediste del pasado aquella tarde, descompusiste tu pelo  y doblaste la esquina.

Fue el último día que te vi igual, me confundí totalmente, sentí perder algo que siempre me había pertenecido, me imagine siguiendo tus pasos para ver si todavía eran iguales, para ver si aun llevaban el mismo rumbo.

Y la pena embargo mi pecho, y el vació dio un cólico en mi estomago, pensé: ¿te habré perdido?, ¿esta vez si te iras?, no se, pero ya me sudan las manos, estoy nerviosa; todavía recuerdo tus ojos viendo los míos, creí ver que ya no eran los espejos donde apenas ayer me reflejaba. Todavía recuerdo tu sonrisa, me imagine que tu boca ya no era tulla, porque las palabras que de ella salieron tu nunca me las dirías, ¿a menos que?, si! El dolor meta Morfeo tu músculo sentimental.

El hoy ya no es como el ayer, cuando tenía una certeza. Como extraño mi rubor y mi escándalo cuando eras audaz, como extraño tus ojos tristes, tu semblante serio, te lo confieso: tal vez me divertía pensar que dolía en ti, extraño nuestros juegos de palabras, nuestra guerra Psicológica.

Pero hoy ya no es igual, ya no amaneció como siempre, el cielo ya no piensa, porque las nubes ya son nubes comunes y en la noche la luna esta vacía, ya no hay romance en ella, ya no me veo, y a media noche me senté entre tu vida y la mía, en ese gran abismo, que solo algunos días atrás, podíamos sentir nuestra respiración de tan estrecho que era.

Mi corazón y sus palpitares ya no encuentran ecos en los tuyos. Están muy lejos, muy ajenos, muy duros.

Ya no es igual sin ti, te marchaste aquella tarde, te fuiste de mi vida, y ni siquiera estuve  para saberlo; de pronto llego y ya no estas, de pronto lloro y nadie seca mis lagrimas, de pronto río y nadie se entera; solo lo hacías tu, y solo tu eras el único que estuvo siempre, aquí y ahora, en las cosas y seres.


Adiós o hasta siempre
(Impávida)

29/julio/93


No se, supongo que lo escribí porque estaba muy dolido, de verdad me pego un chingo, y no se trataba de una vendetta,  simplemente era lo que en algún momento me hubiera gustado que ella hubiera pensado, supongo que fue un mecanismo de defensa para atenuar el dolor


En fin, así es la vida, y no estoy triste, de verdad que no lo estoy, solo estoy un poco nostálgico…