lunes, diciembre 04, 2006

I,II y III

I

No hay noche callada en que no se evoque tu recuerdo y tu esencia en las páginas de mi diario, en que mi pluma al describirte vuele sobre la superficie tersa del papel y arranque de mi cerebro todo tu concepto y lo plasme en cada renglón, en cada palabra.
Lo cotidiano le sirve como escenario a mi imaginación, cada nueva vivencia es un nuevo paisaje para situarte, para inventarte de nuevo, con otro rostro y otro nombre, sentirte tan ajena, tan mía.
Pero a veces, tambien quisiera despertar de este sueño, despertar poco a poco, sentir la realidad despacio, comprender paso a paso tu indiferencia.

Aveces, tambien quise decirte que no cabe toda mi vida en este relicario de mármol negro donde tú me obligaste a guardar mi pasado, ni siquiera caben mis ideas de amor, tan enfermas por tu ausencia; el sol me pesa en la espalda y la luna me cabe en el alma, pero todo esto no es suficiente para guardar tu imagen que se desvanece cuando llega el alba, tu imagen que se agita con el pulso de todas las cosas, y la herida se abre y se desangra, expulsando las tragedias de este romance, depuse cicatriza y mi piel dice tu nombre, rodeado de llagas que me recuerdan que pronto volverán a sangrar.
¿Quién pudiera ahora venir y tocar estas manos tan frías, que se esconden entre fantasías de dos y caen muertas ante la evidente ausencia de tu calor?


II

Eres luz de luna entre mi pálida noche,
Refugio en la tempestad.
Eres risa entre el cruel llanto,
Y cruel llanto en mi soledad.
Eres romance entre mis sueños,
Pero angustia en mi despertar.
Eres fiebre entre mi alma,
y confort en mi enfermedad.
Eres flama en mis tristezas
Pero cenizas en mi verdad.
Eres isla entre mi océano,
Y gaviota en mi mar.
Vuelas loca por mi mente,
Paseas por mí recordar.
Viajas siempre entre mi pecho,
y en mi corazón descansaras.
duermes frágil en mi alma,
despiertas viva en mi existir,
a mis ojos te tornas transparente
y te vuelves espejismo en mi vivir.



III

Ahí tanta poesia por todas partes…..

Por tu cuerpo de lapislázuli y nardo,
Por tu rostro de cirio y nácar,
Por las delgadas arterias que apenas te mantienen viva,
Por el devaneo de tu cuerpo al andar,
Por tus ojos tristes y fermentados por tanto llanto,
Por el aire que exhalas en tu aliento,
Por tus ideas tan llenas de prejuicios,
Por tus prejuicios tan faltos de razones,
Por mi amor platónico.

Si, ahí tanta poesia por todas partes, que el presente se extiende para tocar el umbral del mañana, donde los sentidos se ensanchan hasta rebasar la línea de la irrealidad, donde guardas el origen de mi sensibilidad.

Ahí tanta poesia por todos lados, escondida y perfecta al tacto, tan latente como intangible, tan mística como corriente. Si, ahí tanta poesia por todas partes que el verso se exalta en el aire, y las horas divagan a nuestro lado, se estatizan y mantienen la quietud del alba.

Y todo esto no deja de ser un breve lapso perdido entre lo cotidiano y el nunca debió de existir, y entre tu yo sigue habiendo tanta poesia, tan oculta, tan anónima, pero tan fuerte que nos une y nos aleja.