jueves, diciembre 21, 2006

CUENTO DE NAVIDAD, LA REVELACION

Termino su cerveza y el cigarro, pero nada pasaba, espero alrededor de 30 minutos al siguiente fantasma, pero este no llegaba, en todo ese tiempo se puso a reflexionar sobre las “visiones” de su pasado, recordó con una lagrima de nostalgia que rodaba desfallecida desde su ojo izquierdo, la vez que le estaban haciendo un “guaguis” en el “Mitote”y la chava le advirtió que le avisara cuando estuviera a punto de terminar, --jajajajaja—la risotada estallo por toda la sala, en su mente se dibujo los cachetes inflados de la muchacha y mentándole la madre con los ojos, --ahhh, que bonitos tiempos aquellos—dijo para si.
(Aclaración para que no se confundan: el “guaguis” se lo hicieron en tan fino establecimiento denominado el “Mitote”, y el lugar en que se lo hicieron fue en el Pitote.)

Las 12:45 AM. Pensando que el siguiente fantasma ya no vendría se dispuso a lavarse los dientes para irse a dormir y al enderezarse, despues de enjuagarse la boca en el lavabo, en el reflejo del espejo, vio una figura horrenda atrás de el, su corazón se acerelo y su sistema nervioso central se desconecto.

Despertó tumbado en el sillón de su sala, vio al fantasma parado frente a el, era horrendo, la carne podrida que cubría su cuerpo se le caía a pedazos en algunas áreas, y un olor putrefacto lleno la sala de su departamento. El fantasma solo lo veia, pero extrañamente había en el algo familiar en el, a pesar de tan dantesca visón, no le daba tanto miedo, como nauseas le daba el olor a carne putrefacta. –Everardo—finalmente dijo el fantasma, había en el tono de voz y en la forma de escuchar su nombre, algo que el sabia que conocía perfectamente, pero no lo podía ubicar, y no fue hasta que se tranquilizo del todo cuando finalmente pudo reconocer los ojos del fantasma: --¿Carlos?—pregunto temeroso Everardo, --Si, soy yo amigo--, le contesto el fantasma, --pero si tú estas muerto--, --claro que lo estoy, si no lo estuviera no me vería tan gacho, ah como serás pendejo—le contesto el fantasma. --pero, ¿de qué se trata todo esto?, ¿Que quieren que haga?, ¿Por qué yo?,¡¡¡ Ya déjenme en paz!!!!—Estallo Everardo furioso mientras se jalaba los cabellos, --¿de qué hablas?—le pregunta el fantasma de su amigo, --¿Cómo que de que, del pinito, de los tres fantasmas que me visitaran hoy?, te juro Carlos que ya no aguanto, --- pues te juro Everardo que no de que me hablas—le dijo el fantasma, --no entiendo, ¿o sea que tu no eres uno de los tres fantasmas que mi visitaran esta noche?—pregunto Everardo, --no compadre, yo solo vine a verte porque desde que me morí que no nos vemos—le dijo el fantasma, Everardo se sumió en la total confusión.

Claro que le daba gusto volver a ver a su amigo, pero no en esas circunstancias, ---jajajajajajjaja—río a mandíbula batiente el fantasma, --- ¿ ya vez como estas bien pedejo??, Claro que soy uno de los tres fantasmas, jajajajajajjaja, nunca se te quito lo pendejo --, --ni a ti lo mamon pinché Carlos--. ---bueno ya, pongámonos serios compadre, ya es hora de irnos—le dijo el fantasma de su amigo, ---ok, Carlos estoy listo--, y apretó fuertemente los ojos para no sentir tanto vértigo al dejarse llevar, --¿qué wuey te andas cagando?--le pregunto en tono burlón el fantasma, --no compadre, ¿por qué?--, -- ¿pues para que cierras los ojos y aprietas el chimuelo?--, -- es que la ultima vez sentí bien gacho--, --esta vez no sentirás nada--, --ok, estoy listo--, -- bueno, prepárate—dicho esto el fantasma se dirigió a la puerta y le dijo: --vamonos--, -- ¿qué, no nos vamos a ir flotando?--, pregunto Everardo, --no mames guevon, aquí esta cerca, nos vamos a ir a pata--.

Caminaron en silencio unas tres cuadras rumbo al norte, hasta que Everardo ya no se aguanto mas, --- ¿a donde vamos Carlos?, --- espérate ya vamos a llegar--, --si, pero ¿a dónde vamos?--, --mira Everardo, ¿ves aquella ventana?—, le pregunto el fantasma de su amigo Carlos, --¿cuál, la que esta iluminada?--, --si, esa misma---, -- si la veo, ¿por qué--, --veras Everardo, detrás de esa ventana vive Ana Aurora, ella es una muchacha muy tierna, dulce y muy hermosa que siempre te ha visto con buenos ojos, ella te ve todos los días por la mañana en la estación del metro, ella siempre toma el metro a la misma hora que tu, ella esta enamorada de ti, pero tu nunca las has visto, ella hace lo posible para que la notes, pero tu siempre andas deprisa y solo tienes ojos para las nalgotas y las tetas de las teiboleras, ven, entremos en su habitación---, --¿no nos vera?--, -- chingado, como eres pendejo guey--.

Traspasaron mágicamente la pared de la habitación de Ana Aurora, ella estaba rezando, y entre plegaria y plegaria se escuchaban sus peticiones y lamentos: --por favor Dios Mío, cuida mucho a Everardo, él es muy bueno, pero esta algo descarriado, pero, si mi amor lo puede hacer bueno antes tus ojos, tómalo Dios Mío---, --¿ya viste el amor que te tiene ella Everardo?--, le pregunto su amigo Carlos, --si—contesto Everardo apenado y bajando la vista al suelo, --pues mas vale que lo entiendas amigo mío, porque su amor es lo único que te puede salvar—, y la voz de su amigo Oscar por primera vez le dio miedo, --¿salvarme, y de que?--, ---esa pregunta te la contestara el tercer fantasma---.

Después volvió el vértigo y de nuevo todo se torno confuso.

fin de la segunda parte.