martes, marzo 20, 2018


El sábado pasado estaba bien “despreocupe” aquí en mi oficina, cantina, sala de relax, sala de situaciones, imprenta, sala de cotillón, bodega de mi mamá, etc. En fin, hacia un chingo de calor y como no tenía evento social en puerta, pues me compre unas lindas caguamitas (ya no tomo caguamones). Departiendo unilateralmente estaba -- como usualmente lo hago--, cuando me hablan.

Era un amigo que conozco desde que llegue a vivir acá a Monterrey, hace 36 años. El perdió movimiento de sus piernas hace como 18 años más o menos en un accidente automovilístico.
Me saluda y le invito un vaso de caguama, me dice que sí, lo ayudo a subir la rampa de la banqueta  y nos ponemos a beber como Dios manda.

Ya, bebiendo casi como tres horas y platicando de todo, poniéndonos al corriente de nuestras vidas (pese a que lo veo muy seguido, pues trabaja en Metrorrey) la verdad es que platicamos muy poco, solo nos saludamos y prometemos juntarnos “un día de estos”, supongo que el sábado fue ese día de estos.

Mmmmm, No sé porque le pregunte que si tuviera una máquina del tiempo, le gustaría regresar al día de su accidente y poder evitarlo?.

No se tardó ni medio segundo y me contesto que NO.
La verdad yo no estaba de humor sarcástico, simplemente mi pregunta fue muy honesta y necesitaba una respuesta igual.

--¿Manolo, si tuvieras una máquina del tiempo a tu disposición, te gustaría volver a la mañana de tu accidente y poder evitarlo?--

--No Miguel, la verdad es que cuando tenía el uso de mis piernas, mi vida era muy miserable, siempre vivía con el  miedo de no lograr los objetivos que me había propuesto con mi familia, con mis dos hijos, con mi esposa. Me divorcie de mi primer matrimonio cuando me sentía una piltrafa humana al dejarme derrotar por mi incapacidad. Después de que toque fondo, entendí mi incapacidad y re-direccione las capacidades que me quedaban  hacia otro lado, fui campeón de halterofilia para minusválidos en Nuevo León; juegue básquet boll (jamás lo practique cuando podía caminar), me re-encontré verdaderamente con el amor, ahora estoy casado por segunda vez con una linda mujer que me ama, me ayuda y me Respeta. Miguel, son cosas que jamás hubiera logrado sin que una tragedia me hubiera pasado. Y si, si anhelo esos días cuando caminaba, pero mis pasos me llevaban a los teibols, a las cantinas, hacia lugares que no valían la pena.

Sonó su celular, contesto y en menos de cinco minutos vinieron por el dos lindos niños y su esposa.
Creo que el minusválido soy yo…