martes, abril 17, 2007

BUENA VIBRA

Me desperté con la clara idea de que día seria diferente a cualquier otro jamás vivido por mí, era viernes, así que sabia que me esperaría un largo día, entre salas de espera y filas largas en los bancos, me resigne a vivirlo, ya con la cafeína haciendo su labor desapendejativa en mi cerebro, arranque el auto y me marche rumbo a mi destino.

Todo era igual que siempre, el tráfico, las mujeres pintándose en sus carros, los hombres de negocios manejando sus carisisimos autos y hablando descuidadamente por celular, los limpiavidrios que a fuerzas me querían limpiar el parabrisas, el mismo señor que ya tiene vendiendo periódicos como 9 años, el mismo hombre sin piernas que pide limosna, pero que al hacerlo tienes que voltear la cara para que no te de el tufo de mezcal corriente. Pero en mi mente seguia el loco presentimiento de que ese viernes me deparararía algo especial, no sabia que, pero sabia que era algo que en algo cambiaria mi vida.

Llegue a las primeras de mis citas y todo monótono , hable con el mismo guardia que me pregunto mi nombre y apunto el numero de las placas de mi auto—como siempre lo ha hecho desde hace unos meses--, me indico el numero del cajón de estacionamiento donde debería de aparcar mi carro, mientras tanto yo encendía un Marlboro para no fastidiarme con la misma rutina de siempre, llegue al cajón de estacionamiento que previamente me había designado el guardia y espere 6 minutos mientras me terminaba el cigarro, baje de mi auto y me dirigí rumbo al ascensor, pulse el numero 17, y espere los 15 segundos que tarda en subir, llegue, salude amablemente a las secretarias y pregunte por el Ing. X, la señorita tomo el auricular del teléfono, hablo rápidamente entre susurros y colgó, me dijo que estaba en una larga distancia y que lo esperara, me senté en un sillón de piel bastante confortable y tome una de las revistas de la mesa de centro, en eso llega la recepcionista y me pregunta si quería algo, le pregunte que si tenia café regular, me dijo que si, y le pedí una taza, me la trajo y mientras disfrutaba del magnifico café, me enteraba por la revista que las acciones de la bolsa mexicana había sufrido una baja de 1.2 puntos porcentuales, cosa que no me sorprendió porque con eso de en México no se ponen de acuerdo en la cámara legislativa, pues ahuyentan a los inversionistas.

Cuando estaba de lo mas entretenido leyendo que Carlos Slim tiene muchísima lana (cosa que me dio mucho gusto por el), me hablo la recepcionista amable del café, para decirme que el Ing. X, ya me estaba esperando en su oficina, toque en su oficina y me recibió de la manera mas amble (claro que despues de hacer esperar a alguien por mas de 25 minutos, cualquier Ing. X. Te recibirá de la manera mas amble), total que platicamos, me mostró algo que quería que le imprimiera, y quede en llevarle unas muestras el lunes siguiente, me despedí, y me dirigí hacia la recepción para agradecerle el café a la señorita, pulse el botón del ascensor.

Antes de llegar a mi auto, vi a una chava, de mas o menos entre 30 o 32 años, bastante guapa, y con una maleta de viaje, pero en su rostro había cierta aflicción, me pregunto que si ya me iba a marchar, le conteste que si, me volvió a preguntar que si en mi camino pasaría por una avenida transitada, le dije que si, entonces yo le pregunte que cual era el problema, me dijo que el taxi del aeropuerto que tenia que pasar a recogerla hace 20 minutos había chocado y que por lo menos se tardarían otros 40 minutos en que le enviaran otro, pero que ya le urgía estar ahí porque quedo de verse con unas personas y ya la estaban esperando, por eso me preguntaba que si yo pasaría por una avenida transitada para que ella pudiera tomar un taxi, la neta me dio mucha buena vibra la chava y le dije que si quería yo la podría llevar hasta el aeropuerto, al principio se negó, pero al explicarle que el tiempo que iba a perder en esperar un taxi bien podría servir para llevarla, me dijo que aceptaba pero que me pagaría, le dije que no era necesario, que casualmente yo tenia que ir a Apodaca a visitar a un cliente(cosa que no era cierta, pero como les digo me dio buena vibra la chava y me callo muy bien), total que ya en el camino íbamos platicando de su trabajo(trabaja en una cadena de hoteles) y yo le comente que tenia una imprenta, bueno, para no hacer largo el cuento, me pidió mi tarjeta de presentación, y cuando llego a Monterrey me hablo para pasarme un chorro de trabajo, hasta la fecha la conservo como cliente, y de eso ya van dos años.

Al llegar al aeropuerto me dio 300 pesos, yo obviamente no los tome, ella insistía e insistía y yo me negaba y me negaba, entonces los dejo en el asiento, cerro la puerta y se marcho, yo no se porque no se me ocurrió haberle dicho que con el olor de su perfume que había dejado en mi carro era suficiente pago, pero bueno, con esa lana me eche unas chevez a su salud y por la buena vibra con la que me cargo ese día.

Saludos a todos.