domingo, diciembre 27, 2015


jueves, diciembre 17, 2015



Últimamente, quizás por que ya entregaron los aguinaldos o quizás por las fechas navideñas, pero ha habido muchas ventas en el restaurant de mi hermano; tanto así que en ocasiones me ha tocado ir a entregar a lugares cercanos y por ende me voy caminando, no mas allá de cuatro o cinco cuadras.



Desde que abrió su restaurante (hace un año), mi hermano compro una motocicleta, pero es fecha que la moto no tiene ni dos kilómetros recorridos, mas bien la tiene en su sala, sirviendo como percha para los gatos y como tema recurrente de discordia entre el y mi cuñada. Yo le digo que se la lleve al restaurante, total, ni el ni yo sabemos usarla, pero podemos aprender (yo no nací sabiendo manejar, pero al día de hoy manejo como todo un piloto de F1). El solo se concreta a mirarme y a decirme que mañana, y de eso ya han pasado varios mañanas.



Lo que me deja mas sorprendido de mis repartos a domicilio es la cuestión de la seguridad, por ejemplo: hay varios clientes frecuentes que piden servicio a domicilio, un Telcel, una casa de préstamo y empeño, una joyería y un instituto educativo, pero no mamar!!!, a cualquier hijo de vecino que quiera entrar a las oficinas administrativas, le piden identificación para dejarlos pasar, a mi solo me ven con el mandil del negocio y la bolsa de comida y solo me preguntan a quien busco y me abren las puertas de par en par los guardias. Muy bien podría llevar una bomba y les vale madre mientras la comida llegue a su destinatario.



Ayer se acabo la salsa de chile cascabel y chile ancho que le ponemos a las enchiladas mexicanas y mi hermano me dijo que preparara mas, yo nunca la habia echo, mi cuñada se encargaba de eso, y pues yo, siendo un autodidacta de la cocina y un tanto hiperactivo, se me ocurrio experimentar con la dichosa salsa, le puse un cuarto de barra de chocolate “abuelita” amargo, molí ocho nueces y un salpicón de pepitas dos cucharadas soperas de azúcar, me persigne y Metí todo a la licuadora, mientras sentía la mirada de Sara García diciéndome: --la vas a cagar pendejo, la vas a cagar--; pero no, para la sorpresa de Doña Sara garcía, no la cague, de echo, hoy se vendieron nueve ordenes de enchiladas mexicanas, y para mi sorpresa, una clienta hablo, después de haber echo su pedido y comerlo, solo para decir que le habían encantado, y que la salsa estaba deliciosa, TOMA eso Sara García!!!, jajajajaja. El pedo ahora es que no se como decirle que cambie la receta de la salsa de su esposa, porque como ya les dije, el es muy metódico en esas cuestiones; lo bueno es que a el no le gusta y no la prueba.





Pero bueno, mientras son peras o manzanas, ahí la llevamos, ya tenemos más clientes frecuentes y creo que ahí la llevo con los guisos y con mi nueva vida de “Pinche” de cocina…

martes, diciembre 15, 2015

No mamar, no cabe duda que sabes que te estas haciendo viejo cuando al pintar tu cuarto, en vez de pintar alguna maldición en la pared (total, al rato la tapas con la pintura), te la pasas buscando una faja y viendo que pises bien para que no te vallas a caer, snif…




Que bueno que no soy contratista, porque apenas acabo de pintar una pared y ya llevo dos de estas...

domingo, diciembre 06, 2015


Con esta vista quiero que se me acabe la vida dándole un sorbo a la última cheve que probare, snif...

viernes, diciembre 04, 2015

--- ¿porque se enojo tu novia?---
---Porque no note que se pinto el cabello de negro--
---Pendejo, la cagaste, ¿y de que color lo tenia?--
-- negro---

jueves, diciembre 03, 2015

Son las tres de la mañana, se me ha ido el sueño, momento perfecto para hacer una clase de ingles  con Jenny de California, y mientras le veo sus tremendas tetotas me hago tres pajas y me da sueño, bendito Open English…

miércoles, diciembre 02, 2015

Pasan los dias muy ajetreados en el restauran de mi hermano, y no es por presumir pero desde que empecé a cocinar, algunos clientes cuando se acercan a la caja a pagar, me ven en la cocina y me dicen: oiga, que rico estaba el chicharrón o el picadillo, algunos piden que les vendamos un litro o medio litro  de salsa para llevar, porque a decir de ellos: “esta bien matona”.


El restauran esta en una colonia más o menos vieja de San Nicolás, donde por su cercanía con la Universidad Autónoma de Nuevo León, rentan muchos cuartos para estudiantes y algunos de ellos llegan muy seguido a comer o a cenar y con wifi gratis, pues se pasan mucho tiempo “comiendo”, pero pues la verdad es que si consumen y ahora con este friecito que esta haciendo por aca, se acaban la cafetera y se acaban las hojarascas y las empanaditas.


También, por lo mismo que es una colonia más o menos vieja, las casas fueron habilitadas como negocios familiares y son atendidos por los propios dueños, y en muchos casos, son las hijas de los propietarios de dichas casas quienes ahora están al frente del negocio, pero muchas de ellas son “señoritas solteras”, yo les digo

MILF (Mom I'd Like to Fuck), ovbiamente muchas no son mamás, pero así me gusta decirles porque no valgo verga y porque tengo una enfermiza fantasía sexual con las MILFS.


La pasada vez pasada, no habia mucho trabajo en el restauran e hicieron un pedido en una librería que esta a lado del negocio, fui a llevarlo (por cierto, ahí atiende una MILF que esta de pelos), llego y me recibe la comida, me paga, estaba a punto de irme y me pregunta la señorita que si no podia venderle un servicio de café y hojarascas para doce personas porque tenían una lectura literaria a las ocho de la noche, le dije que si(yo no sabia si mi hermano lo servia o no, pero el vendedor que llevo en el alma no podia negarse a dar el servicio), voy con mi hermano y le comento lo sucedido, me dice que nunca lo había hecho y no sabía como cobrarlo, le digo que no sea guey y que si el café lo vende a dieciocho pesos con refil, se los deje a quince pesos y si vende la bolsita de hojarascas y empanaditas a doce pesos la deje a diez; la verdad que las empanaditas, las hojarascas, los pays de queso y piña nos la comemos nosotros, jajajajaja.


Total que me dice que si, y a las ocho menos diez, ahí voy con la cafetera (que es de cinco litros), las empanaditas, las hojarascas y los pays en un carrito de servicio hotelero (este carrito se lo regalo mi papá a mi hermano, cuando mi papá trabajo de Gerente Administrativo en el hotel Monterrey, caray, otra historia que no les he contado), y bueno, como no habia mucho trabajo en el restauran, mi hermano me otorga “pro tempore” el puesto de : “gerente de alimentos sacarosas y bebidas energizantes”, me da publicidad del restauran para que la reparta entre los ávidos lectoras y lectores.


Estando ya en la lectura literaria, me remito a servirles el café en unas tazas, y las empanaditas, hojarascas y pays en desechables, según como me los fueran pidiendo; y no mamar, para mi gran sorpresa, el libro que estaban estudiando, era el de las flores del mal de charles baudelaire, dicho libro, me lo “devore golosamente” cuando tenia como veinticuatro o veinticinco años, pero curiosamente estaban estudiando el poema de “letanía a Satán”, poema que yo leí y comprendí a su perfección hace ya mas de diecinueve años, no mamar!!!, y la gran mayoría pensaba que era un escrito profano, siendo que el autor habla del amor de Satán(según el autor) por los pobres y desarrapados, snif. En un momento quise, sacarlos de su error, pero me limite a ser solo lo que se supone que debería de ser: el chico del café y de los bocadillos.

Ya, como a las diez y treinta y cuatro minutos (ya saben que tengo una manía con el tiempo) cuando estábamos haciendo las cuentas del café y de las viandas la señorita y yo, le estaba pasando la cuenta del servicio (que eran como cuatrocientos treinta pesos), y sin ningún pendejo lector a la vista; la librería ya estaba vacía y solo estábamos ella y yo, me pago, y me lleve todos los “tiliches del servicio”, di dos viajes, pero al dar el ultimo, no me pude contener y le dije que el poema que leyeron y que no entendieron se trataba de esto, y de esto y de aquello y de lo otro. Se me quedo viendo bien bonito y me pregunto que si yo lo habia leído?, le dije que si, desde los veinticuatro o veinticinco años.

Solo sonrió, me dijo que ella tiene un doctorado en literatura francesa, pero al morir su padre en mil novecientos noventa (ella tiene 52 años) regreso a México y se hizo cargo de la librería, que antes estaba en el centro de la ciudad de Monterrey, por la calle de Amado Nervo, y después, por cuestiones económicas tuvieron que cerrar y la pusieron justo a la lado del restauran de mi hermano.

Su sonrisa aun esta grabada en mi cerebro, me invito a la próxima lectura, tienes ojos verdes de ciudad, esta bien buena, ayyyy, no se que será de mi…