martes, marzo 24, 2015

En la mañana fui a García N.L. a cobrar una factura, realmente esperaba encontrarme con la Lic. Amalia; con ella había trabajado cerca de tres años y aparte de que es hermosa y esta mega buena, lo que me llamaba mucho la atención es que siempre, pero siempre  traía la blusa manchada por algo que supongo comió y  le mancho su blusa, nunca le fallaba, a veces la mancha era color amarilla, y me imaginaba que comió nachos, a veces la mancha era roja y me imaginaba que comió salsa y así; una vez tenia una mancha de un color indeterminado, entre verde con naranja y no pude imaginarme que había comido.

En su lugar me atendió otra muchacha, también esta muy guapa, me trato de maravilla, me ofreció un café mientras preparaba mi cheque y mientras hacia esto último, me halago por el trabajo que hice para la compañía, que si los gafetes estaban muy bonitos, que si los colores muy brillantes, que si el tiempo de entrega súper rapidísimo a pesar de que me los habían pedido de urgencia, en fin, todo lo que un humilde proveedor espera escuchar de su cliente.

Total, zanjamos el asunto de los dineros y me despedí amablemente, pero algo me hizo preguntarle por la Lic. Amalia, me respondió que se había casado y ya no laboraba ahí, ok, di por satisfecha mi curiosidad y con un ademán de “hasta la vista baby”, le sonreí y me di media vuelta para irme, unos segundo después me hablo y me pregunto que si me pedía mas cantidad de gafetes en un próximo pedido, el precio pudiera  bajar, le conteste que si, y me dio las gracias, pero rápidamente ella dio media vuelta para irse y sin querer queriendo, note que tenia las dos medias con sendos hilos corridos, algo muy notorio para dejarlo pasar y no falta la amiga de trabajo que te avise, pero supongo que le valía madres, al igual que a la Lic. Amalia

Salí de la recepción con una sonrisa en los labios y con el pensamiento de: la vida te puede quitar un motivo de alegría en tu vida, pero al fin de cuentas te lo regresa. Jajajajaja.


El mismísimo Ángello…

sábado, marzo 14, 2015



En diciembre del año pasado compre mi primer smart phone, lo cuide tanto, incluso le tejí una chambrita azul --porque es niño--, para protegerlo, me absorbió tanto su cuidado que solo lo usaba para lo mas esencial y no le picaba ningún botón que no fuera necesario. Hoy se me callo y el mundo se abrió bajo mis pies, pero gracias al protector de plástico y aunado a la chambrita que le tejí, salio intacto, y eso me hizo pensar en que uno se esclaviza por cosas que se pueden reponer, solo se astillo en una esquina.

Me senté triste a observarlo y recapacite que solo es dinero, entonces comprendí que como ya esta mancillado, ahora si puedo bajar mucha pornografía y meterle apps inútiles y demás mamaditas, total ya no es virgen…
Uno de estos días un drone de amazon se negara a entregar un libro de Yordi Rosado por entrar en conflicto con la primera ley de la robótica...