miércoles, junio 06, 2018


Se marchó un viernes  por la mañana, cuando aún no se marchaban las nubes nubladas  negras de la madrugada; pero no quiero decirle que la extraño, aun no.

Antes de decirle que la extraño, preferiría decirle muchas otras cosas: que cogí, que baile, que viaje, que reí, que dormí, que me enamoré, que perdí, que viví, cosas que ella me pidió hacer cuando la conocí.

No quiero darle más poder…
Ella está muy bien sin mí, y yo,  estoy  a veces bien y a veces  mal sin ella.
Quiero decirle que  a veces que la sueño, y a veces no quiero decirle nada.
De igual manera no tengo comunicación con ella.

Ella tiene 25 años y yo ya paso de los 45…

Nos conocimos sin querer, sin saber y sin pensar, nos dimos bien duro y muy seguido.
Mi cama la extraña, su cerebro me extraña.

La extraño…

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