sábado, diciembre 09, 2006

MI INFLANCIA

Yo recuerdo vividamente mi infancia, siempre rodeado de gente buena y de buenos sentimientos, nací y creí, en un núcleo familiar que si bien algo madreado por las infidelidades paternas, pero nunca menoscabado por la violencia.

Aya en Coatzacoalcos, Veracruz(yo nací en Monterrey, pero me crié allá), y en aquellos tiempos (70´s y principios de los 80´s) la gente que te conocía, de alguna manera siempre estaba al pendiente de ti, te cuidaban aunque no fueras de su familia y todo por los lazos amistosos que lo unían con la tuya, nunca faltaba la señora que te ofreciera de comer, o el cartero amistoso que te regalaba un peso por entregarle la carta al vecino que no estaba en su domicilio, igual y la podía haber deslizado por debajo de la puerta o atorarla en cualquier recoveco del barandal, pero no, no lo hacían, preferían regalarte una moneda reluciente de un peso(las de Morelos) si se la entregabas en sus manos cuando llegase, misma moneda que después sacabas en la tienda para invitarle a tus amiguillos alguna chucheria.

Tambien recuerdo al nevero que te ponía el “pilón” de nieve en tu barquillo de fécula de maíz, o que te rellenaba el mismo cuando se te caía(por pendejo), o al lechero que siempre andaba en su caballo con dos bidones de leche fresca para la vendimia. La gente, aun los mayores, como que no tenían tanta maldad, o si la tenían, no era para ti, pero claro, nunca todo siempre fue miel sobre hojuelas, nunca faltaba la típica “Doña” amargada que te ponchaba las pelotas, que por un penalti mal tirado o un error de calculo al emular al Pirata Fuentes , terminaban siempre en su casa, o el “Don” cabron, al que alguna vez le rompiste un vidrio de su casa y te fuiste corriendo echo la mocha, y que te guardaba un resentimiento bien pinché, ¿y como olvidar al viejo Don Martín?, que cada vez que íbamos a visitarlo a su carpintería, nos regalaba pistolas y rifles de madera, y que tenia mucho cuidado en lijarlos bien para que ninguna astilla nos lastimara las manos, ¿o a la bondadosa de Doña Nacha?, que nos daba un dulce de almendra sabrosísimo, que nada mas lo hacia para regalárnoslo a nosotros, claro, siempre y cuando le barriéramos bien su patio y le regáramos las plantitas, porque ella era diabética, yo en esos tiempos no sabia lo que era ser diabético, pero me lo disfrutaba muy rico.

Realmente mi infancia fue de lo más maravillosa, teníamos todo un mundo para descubrir y reclamar, éramos como Corsarios llegando a una civilización desconocida, cada día era el descubrir algo nuevo: una fruta nueva, una nueva planta, un animal nuevo, una técnica de “cacería” nueva, en fin, un mar de posibilidades inagotables, y hasta lastimarnos era algo novedoso y a veces hasta heroico, valla, teníamos el cuerpo nuevo, y claro que nos lo lastimábamos en nuestras andanzas, pero no pasaba de unos puntos de sutura, o de una frotada con algún ungüento “mágico” que te quitaba el dolor, y claro, la sempiterna regañada de tu madre, que invariablemente terminaba viendo con ojos amorosos cuando te marchabas de nuevo a continuar con tus andanzas; y toda la “tripulación” de ese barco mágico de aventuras se sentaban a fuera de tu casa a esperar que salieras de nuevo y asi poder continuar con la exploración.

¿Y que decir de las escapadas al mar? o ¿de las incursiones al campo de practica de tiro de los soldados?, el único limite era el cansancio mismo o el sueño que llegaba siempre benévolo y que te hacia desistir de mas aventuras, ¿o las andanzas en bici?, ahí andabamos todos en palomilla, con los botes de cloralex siempre atorados en la llanta de atras para que tu "rila" se escuchara matona, siempre todos en bola, unos 12 o 15 palurdos montados en las bimex, en las vagabundo, o ya los que tenian feria en las choopers, pero siempre respetando a los demas, no teniamos ni grabadoras, ni celulares(aunque ya los habia, eran de los antidiluvianos y que se colgaban al hombro, pero ni de pedo nosotros podiamos aspirar a tenerlos, y ni los ocupabamos), ni nintendos, ni una chingada, pero eramos felices.

recuerdo que mi aventura mas maniaca fue cuando nos fuimos una mañana a caminar por toda la orilla del mar rumbo al sur, una noche anterior sacamos de contrabando de nuestos hogares: pan bimbo, mortadela, jamon, capsup, una lata de chiles Clemente Jaques, un corta uñas(por la navajita), y yo me lleve el glorioso rifle de postas marca Mendoza que me habian regalado en una navidad pasada, en fin, todo lo necesario para una aventura que se antojaba alucinante, jajajajaja, a lo mas que caminamos antes de que nos descubrieran, fueron como 35 kilometros, pero ya estabamos mas lejos de lo que jamas estuvimos de nuestras casas(nos salimos como a las 8 de la mañana y nos torcieron como a las 5 de la tarde), nos pesco una patrulla(los gendarmes eran amigos de mi señor padre) y despues de pedorrearnos, nos regresaron, pero eso si, nos dejaron echarnos los sanguichitos de jamon y mortadela, hasta nos dejaron meternos un ratito al mar, lo bueno fue que nunca rajaron con nuestros padres, asi que la aventura no termino del todo mal.

A veces pienso que mis hijos nunca tendrán lo mismo que yo tuve de chavito, y eso me da algo de tristeza, uno como padre(cuando lo sea) siempre buscara lo mejor para los hijos, pero, ¿cómo regresar el pasado?, ¿cómo quitar el pavimento para que los guercos hundan sus piecesitos en la tierra?, o ya de jodido ¿cómo mierda hacerle para que la violencia se marche y la paz de esos tiempos vuelva?, ¿cómo le hacemos para que los niños vuelvan a caminar a en la noche sin temor de que un degenerado les algo malo?

Un saludo rasita.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué lindo ñ_ñ lamento no haber sido más aventurera

Anónimo dijo...

Qué lindo ñ_ñ lamento no haber sido más aventurera

Anónimo dijo...

Siempre hay alguna aventura, para mí irme a la playa era imposible jajaja.

Impresiona cómo los padres están siempre pendientes. Una vez, siendo ya bastante mayor, me salí temprano de la casa sin avisar. Ese día lo primero que hizo mi papá al levantarse fue buscarme en mi cama (eso me lo contó mi hermana) Parece que tiene radar.

Lo mejor que ha hecho mi padre por mí es llevarme al cine :D No porque me encante, sino por una película que me hizo ver, yo sentí tanto asco inclusive al día siguiente... En fin.

Anónimo dijo...

Los rifles Mendoza estan conmadre,todavia tengo uno.
Saludos carnal.

Anónimo dijo...

Los rifles Mendoza estan conmadre,todavia tengo uno.
Saludos carnal.

La flaca dijo...

Definitivamente que nuestros hijos no viviran lo mismo a menos de que nos mudemos a un rancho apartado de las ciudades pero carecerian de muchas otras cosas como educacion, alimentacion, vestido y demas, lo ideal es tratar de mostrarles lo que hay fuera de la ciudad, a mi me gusta llevarlos al campo, a los rios, a las presas que agarren tierra a veces hasta que la coman no pasa nada, creo que el campo es lo mas parecido a lo que tuvimos en nuestra infancia, siempre cosas nuevas que descubrir, aun y ahora de grande por eso mis comunes idas a pescar, saludos compa... que se arme la borrachoposada!!

KARLITA dijo...

q padre tu blog de verdad ..yo no soy de alla pero igual me la pase genial con miles de aventuras cuando estaba peke....lamentablemente de aquello ya no queda nada..antes te podias salir a cualkier hora de tu casa y no habia tanto peligro de asaltos, violencia....y hoy? no pudes dejar salir a tus hijos a la banqueta porque igual se los roban no???? mala onda....