Si porque de mis ojos rodó el llanto,
Al advertir la verdad de tu distancia,
Pensaras que un cobarde es el que te adora,
Y no aquel hombre que por ti forjo esperanza.
Te pregunto mujer si por fortuna:
¿Este llanto no lo piensas de impotencia?,
En vez de creerlo vasto de penurias,
O miedo a la soledad lo que me aterra.
Mas si por eso pensarás que soy cobarde,
De mi amor a nadie pongo por testigo,
Porque nadie entendería esto de amarte,
Y solo yo se lo que he perdido.
Si tus ojos ya no vuelven a los míos,
No me importa pues un tiempo fui de ellos,
Y si el amor que surgió lo crees perdido,
No me importa porque en mi alma yo lo llevo.
Solo una última cosa de ti quiero:
No pienses que soy o fui un cobarde,
Porque un hombre cuando calla no es por miedo,
Y aunque de ti quiera amor, hoy ya es muy tarde.
Veintitrés de febrero de mil novecientos noventa y cinco.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario