jueves, marzo 14, 2013

Hoy por la tarde se realizaron los rezos por el novenario de la muerte de mi ti Martha, la tía que traje a vivir desde diciembre aquí en mi casa para que no le faltara nada y estuviera bien atendida, pero bueno, después su nieta se la llevo y murió en el paupérrimo cuarto de donde fuimos a sacarla.

Y como en todo novenario al puro estilo jarocho, mis tíos llevaron tamales, mi madre se dedico a rezar y cantar letanías junto con unas tías y varias primas; no falto el primo que sugirió que fuéramos por unos “pomos” para el café con piquete, mientras jugábamos domino en una mesa que estaba justo afuera del cuarto donde estaban rezando las mujeres; cosa que me pareció de lo mas inadecuada, porque para empezar yo conducía el auto de mi padre y además, creo que ya le perdí el gusto por esas costumbres de mi terruño adoptivo.

Me aparte del grupo de primos y solo me serví un café, mientras disfrutaba de un cigarrillo, mis primos me llamaban a la mesa donde ya habían empezado a jugar domino y se servían sendos chorros de bacardy en sus vasos de café, y no es que los este juzgado, simple y sencillamente así se acostumbran los novenarios en Veracruz. – las mujeres rezan y los hombres toman--.

Yo simplemente quería estar solo para tratar de acordarme de los demás días que mi tía vivió en mi casa, muy lejos de sus últimos días con nosotros.

Recordé muchas cosas bonitas, por ejemplo cuando le ayudaba a prender la leña de mezquite para que ella ahumara la carne enchilianchada que luego les vendía a mis vecinos, recordé cuando la acompañaba al mercadito para comprar todos los ingredientes que usaba para preparar los platillos que hacia para vender y así ayudarse un poco económicamente, recordé que ella me enseño a preparar la longaniza, el pozole, el caldo tlalpeño, el menudo entre otras cosas.

También recuerdo su dedicación hacia nosotros cuando mi madre trabajaba y ella nos preparaba la comida y de cierto modo nos cuidaba, jajajaja, también recuerdo sus ojos miel desorbitándose cuando me encontraba en la cocina preparando algún guiso raro y me preguntaba que era lo que yo estaba haciendo, y siempre le contestaba: un invento tía.

Recuerdo mucho cuando yo era apenas un mozalbete de 6 o 7 años y sin querer abrí los dos tanques de gas del restaurante de mi tía Martha, jajajajajaja, no había ningún adulto y cuando llegaron tuvieron que evacuar todas la vecindad por mi culpa, pero obviamente nunca dije que yo había desatado ese pequeño pandemonium, afortunadamente la cosa no llego a mayores.

Por eso cuando llego el sacerdote a entregarle los santos oleos a la cruz de crisantemos blancos que habían regado en el piso del cuarto que fue de mi tía (porque a nadie se le ocurrió llamar a un sacerdote cuando ella estaba feneciendo), casi todos las primas y primos empezaron a llorar, y no falto la prima que me hablo para que fuera a ver; yo solo esboce media sonrisa y le hice el ademán que iría enseguida, cosa que ni me paso por la cabeza.
Yo estaba absorto en mis pensamientos y no quería que unos gemidos y llantos perturbaran de mi mente el buen recuerdo que conservo de mi tía que, para ser sinceros no fue una monedita de oro, a ella también le gustaba el trago y las pachangas.

Ya cuando nos despedíamos mi señora madre me pidió que entrara al cuarto porque había olvidado la grabadora donde le pusieron su música favorita, el cuarto ya estaba vació, y en una mesa habían dejado un chorrito de bacardy y me lo serví en un vaso, mire la foto de mi tía y le dije: a su salud tía, no valla  a pensar que la estoy desairando, no valla a pensar que no quería convivir con mis primos y sus nietos, simplemente que esta copa me la quería chingar a solas con usted, le pido perdón si en algún momento me porte grosero con usted, pero pos tampoco vallamos a olvidar que usted a veces fue una hija de la chingada, sonreí y de jilo me tome el medio vaso de bacardy blanco, y por un momento me pareció que su foto sonreía….









2 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

Las cosas como son, hiciste lo correcto, nada de hipocresías, a tu tía debió haberle gustado tu gesto genuino.

GAVIOTA dijo...

Esa tía debió haber valido oro par ti, aún cuando las personas somos unas jijas, para alguien debemos haber valido oro.

Que bonita actitud tomaste. Creo que si le diste buenos honores.