martes, mayo 17, 2016

Una noche de estas voy a inventar un cuento de un soldadito de plomo que se enamoro perdidamente de una bailarina de vallet de la caja de música de una condesa rumana, la cual estaba comprometida en matrimonio con un duque alemán, pero su corazón le pertenecía  en secreto a el caballerango holandés, que era el hijo bastardo de un rey húngaro.


Ahhh, será tan memorable  ese cuento, que ya me estoy sobando las manos…