domingo, mayo 17, 2015

Me encanta su desparpajo. La pasada vez pasada le hable para invitarla al cine y me contesto: --nooo que gueva ir al cine, mejor ven a mi casa y vamos a coshar!!--. Me quede helado y sin habla por unos segundos;  al otro lado del teléfono se escucho su risa: --jajaja tonto, como crees, mejor te invito unas chelas, ¿sale?--.

Era la cuarta vez que nos veíamos pero la primera vez que la invitaba a salir; planche una camisa  nueva, bueno, lo intente y finalmente mi santa madre acabo planchándola, lave con jabón de calabaza las botas y amonos en chinga, bueno, si me puse pantalones y calzones, pero supuse que ustedes los iban a suponer.

Fuimos a un bar que ya me conozco muy bien, salude al mesero y nos sentamos; desde que le retire la silla, ella no me dejaba de ver fijamente a los ojos:

 --que tanto me vez-- le pregunte,
 --te estoy hipnotizando para que tu pagues la cuenta --,
Solo sonreí, pero con esa sonrisa de cautela, no era por la cuenta, más bien  por una precaución personal.

--¿Qué vas a pedir?—pregunte
-- Lo mismo que tu—contesto.
-- En serio?—
-- Si, en serio--

Ok, cerré la carta y le dije al mesero: Don Pepe, me trae por favor dos platos de consomé de camarón y dos platos de camarón para pelar, dos banderas a media asta  y cuatro xx laguer ámbar.

-- ¿camarón para pelar, bandera a media asta, tanta cheve?--
-- Si, de eso yo me voy a tomar y a comer la mitad y tu la otra, ¿no dijiste que lo mismo que yo?--
-- Si pero no--
--Ok, ¿que quieres tomar entonces?--
-- Un clamato con cerveza Indio--

Le hable  a Don Pepe e hice las correcciones.

--Siempre pides lo mismo Ángello--
--Aquí si, me encantan como preparan los camarones Doña Tenchita, la esposa de Don Pepe--.
-- Dame diez pesos Ángello—

No le pregunte para que, porque ella estaba viendo hacia la rockola, se los di y se fue para elegir una canción (lo que me gusta de esa rockola es que tiene muchas canciones de rock en español de los 80´s), volvió corriendo y me tapo los ojos con sus manos y me dijo que adivinara la canción, se empezaron a escucharlos los acordes de la guitarra salvaje de “mira que la vida no es eterna de Caifanes” y yo fingí que no sabia cual era.

--Andale Ángello, adivínala, es de nuestra generación--, me decía y me apretaba mas los ojos con sus manos,

 --Mmmm, ¿Enanos Verdes, Radio Futura, Git, La Dama se Esconde?--,
-- No Ángello, Bu!! Contigo--,

Me suelta y se sienta en su silla y en eso don Pepe nos trae el servicio; empieza agitar con desgano su clamato, mientras con cierta desilusión se retiraba los rizos de la cara con el dorso de su mano derecha, le empecé  a cantar la canción y “mágicamente” sus ojos se volvieron a iluminar – de verdad que resulta de los mas hermoso ver como se iluminan los ojos de una mujer--.

--Y si te la sabias porque no me lo dijiste antes?—
-- Porque no se debe develar inmediatamente el misterio, siempre se debe de dejar un espacio para el asombro—
-- Eres un loquillo Ángello—

Pero como son dos canciones por diez pesos, la segunda que Eligió me sorprendió realmente, era la de Git, no hieras mi corazón, que acá entre nos, es una de mis diez canciones favoritas. Y se la empecé  a cantar de principio a fin, y parecía que sus ojos se agrandaron un treinta por ciento y no cabían es sus órbitas.

-- Te la sabes?—
-- Claro que me la se, de echo es de mis canciones favoritas—

La velada resulto de lo mas deliciosa, me tome cinco cervezas mas, y ella un clamato mas y una piña colada, la platica de lo mas divertida, salimos del bar a las once y cuarto ( yo tengo una manía con el tiempo), la lleve   a su casa y me baje a acompañarla hasta la puerta, me dio un beso en la mejilla, camine de regreso al taxi para que me llevara mi casa, y se enciende el foco de su pórtico, volteo y sale ella y sin decir agua va, me planta tremendo beso en la boca, creo que conté hasta ocho  mississippis, jajajaja, y me dice ya cuando por fin, -- a fuerzas--, logramos separar los labios: Ángello, no somos novios, no somos nada, solo amigos y espero que esto de ser amigos dure mucho tiempo, solo sonreí.

Le pague al taxi y me regrese caminando a mi casa, eran unos cinco kilómetros, había luna en cuarto creciente, chingao, como disfruto caminar cuando soy feliz…


JAJAJA...