viernes, mayo 13, 2011

Colgo el teléfono y me pregunto:

--Lic. ¿Tiene idea de el valor de  dos kilos de ilusión?--

--No Ing. Pero por su semblante puedo adivinar que esos kilos valen mas que todas las toneladas de concreto, vidrio y metal del edificio donde estamos ahora, incluyendo todos los vehículos del estacionamiento y por supuesto el terreno donde esta construido. --

Solo se me quedo viendo por un largo instante, supongo que le pareció ingeniosa mi respuesta porque al final de ese largo instante dejo escapar una débil risa sarcástica.

En verdad nunca habíamos hablado de esta manera, lo mas personal que habíamos platicado alguna vez, fue la ocasión que se entero que era mi cumpleaños y me pregunto cuantos años cumpliría, pero de eso ya han pasado como 4 años; El resto de nuestras pláticas solo se concretaban a costos, materiales y fechas de entrega.

Me despedí amablemente del Ing.; El se quedo muy triste, y lo se porque cuando abrí la puerta para irme, voltee a verlo un instante, y la cara que tenia, yo ya la he visto en el espejo una vez que creí que me iba a morir de tristeza.

Yo no se que le dijeron cuando minutos antes de finalizar nuestra reunión, le pasaron una llamada que había pedido, solo se que el contesto y pregunto si podía pasar a las 9 de la noche, no se que le contestaron, solo lo escuche decir: --no es justo--.

Sea lo que sea, para el esos dos kilos de ilusión valían mas que el edificio donde estábamos.